JacquelineB.
"Eres una traidora, Jackie"... por ahí algunos me dijeron los primeros dos días. Bah, yo sólo andaba de ganas de un cambio drástico en mi cabello. Sabía que me iba a ver diferente, pero no sabía que me iba a sentir así de rara, je. Al fin de la cuenta terminó gustándome. Y como dice el buen Leo: "crecerá de nuevo"... (en dos años, pero seh). Ese es el plan, creo que me lo volveré a dejar largo una vez más... sirve que mi mamá me abraza de nuevo, jaja. Sí extraño mucho que me haga mi trenza por las noches después de bañarme... T-T ya no me alcanza. Pero al menos ahorro toneladas de shampoo y me tardo dos segundos en cepillarme.

Anyway, creo que más trauma fue porque todos solían decir que me parezco a Alanis Morisette. Juro que al menos 10 personas me dijeron: "¡Oh, no! ¿Qué hiciste con Alanis?". La maté, supongo. Supongo que por traerlo largo tanto tiempo me convertí en "la chava del cabello largo". Pero es como que... es la misma escencia, ¿no? Diferente cabello, es todo. Que el tipo cortara y pintara lo que quisiera, yo me divertí... ^_^ y ya me estoy acostumbrando. Soy la misma Jackie, señoras y señores.
JacquelineB.
Quizá no sea su culpa. Quizá ella sólo tuvo un mal día... vagando por ahí, tropezando en todas las piedras, cambiando la cara a cada paso. Su alma transforma su color en un limbo total. La piel se le va cayendo (ya no tiene lágrimas que llorar). Su vestido era de encaje blanco y ahora es sabor tristeza... quebrándose en cada pulgada, pero nunca se consume. Su dolor es eterno. Se va muriendo, decayendo. Sus ojos son podridos y sus cabellos sucios, aunque ya no tejidos de mordidas y besos.

Ella no sabe evitarse la mezcla de caricias y sabores... Es lo que más desea y de lo que menos tiene. Las manchas diluídas, como son mal recibidas, le desperfeccionan las paredes y le sonríen hipócritamente. Todos ustedes que comparten el mismo vino: Sean contentos porque la felicidad no les llegará nunca. Pretendan música e imaginen coquetería. Pobres, como ratones en una mansión opulenta; piensan tanto sin dejarse arrastrar. Al final, uno caerá y el otro se soltará solo. Sigan cayendo en lo efímero, en la dulce ignorancia y en un fracaso lejano. Entiendan sus mismas palabras de odio para comprender sus mismas tonterías. Comienzan a destruirse... Si tan sólo les entregaran vida digna por una noche.

Me voy perdiendo sola en un vacío inmenso, perfecto, oscuro. Mi pensamiento es mi destrucción y mi persona se disuelve entre los muebles invisibles de la habitación. Nunca han sabido probar mi locura, sólo se mueren cuando se les dice (en eso nos parecemos). Quiero escapar de esta página para siempre, desaparecerme en este instante buscando algo que no es y... perderme. Tambaleo entre las orillas cuando me pierdo. El negro parece atractivo. Sabe seducir y llama a los desalmados. Busca enredarlos en sus garras de bosque y perdición. Comienza a drogarnos en música que truena en los oídos de los atrapados. Perfora nuestras pieles y sostiene nuestras manos. Así creemos volar... Pobres de nosotros. Ya no entendemos y no intentamos huir. Que nos crezcan raíces... ya nos acostumbramos.
JacquelineB.
Anoche no sólo lloramos tú y yo junto a mi ventana, sino también los grillos bohemios, borrachos, trasnochadores. Me contaban boleros amargos tumbándome a la nostalgia que me llenaba ayer. La ciudad se congeló de repente. Todos dicen que no, pero yo siento tanto frío que los dedos de los pies amenazan con desprenderse si no regresas...

Te confieso que he estado buscándote, Lluvia. Y anoche que llegaste, me dejaste abrazarte completa. Te mantienes alejada en este momento, pero trato de buscarte en otras formas de agua. Anda, no te hagas la interesante y ven a empaparme. Debes pensar en mí de vez en cuando; no soportaría esta casa ardiendo de otra manera. Mis manos no obedecen y mis ojos se mojan sin ti. Prefiero mojarlos de otra manera: contigo.

Ven aquí, para bailar en ti, para sacudirme alegremente en tu llanto. Prométeme regresar siempre, con tus gotas de cristal bendíceme y júrame la gloria entera en tu jovial humedad. Así seré feliz, con tus promesas en mi memoria y tu armonía en la piel.

Ya no me tortures con tu sequedad, con tu ausencia. Me duele tanto porque de no estar conmigo, te pienso en tierras lejanas de aquí, llorando histéricamente donde nadie te consuela. Ven por mí y llévame a las costas de Japón y al centro de la tierra. Llévame a otros mundos que no conozco y riégame sobre flores silvestres... Ya no llores, ven y chúpame la vida.
JacquelineB.
Ese aire que dices ser existente se trata mada más y nada menos que de una pequeña soñadora dispuesta a escribir de vez en cuando; pues si me permitieras unos minutos, te contaré todas mis travesuras. Te impresionará lo que ésta puede hacer con sus manos en diferentes climas y meses... y así empieza.

Lo que más me encanta es ser entendida como la peor enemiga de los cabellos arreglados; me encanta destruir y hacer polvo horas de narcisa dedicación, de tal vanidad.

Me gusta mezclarme adentro de los aromas, en especial ese de los amantes clandestinos, escondiéndose de los últimos rayos del ocaso, y posarme en las copas de los árboles y espiarlos, refrescarlos... es increíble. Cuánto me consumen en su jadear espontáneo, exhaustivo, folclórico y sensual. En especial, esos amantes son mis preferidos, porque son como niños que juegan a ser insaciables, a ser perfectas víctimas del amor inocente.

¿Qué más puedo decirte de todo esto? Soy cómplice voluntaria y siempre presente, testigo de amores y desamores derramados en toda la extensión del cuerpo, en las manos y los brazos; tiempo después tomo el papel de niñera, buscando montones de hojas secas en otoño, para jugar con ellas a ser mágica, tierna y simpática. Soy también la que acaricia llanuras y pastizales cuando tu corazón palidece. Te llevo a soñar tiempos mejores, unida a tu carne que está unida a mi pluma. Soy quien hace dueto con el mar, para brindarte brisa y espuma refrescantes, que bañen tu piel seca, mareada de caricias nocturnas, de amores furtivos, limpiándote todo recuerdo indeseado, inexpresivo, incalculado.

Es en invierno cuando me lleno de melancolía. Me torno azul y blanca, me expando y me hago más densa, más reflexiva. Es en invierno cuando deseo abrazarlo todo, cubrirlo todo, humedecerlo todo... y creo lograrlo. Es mi culpa y mi misión llevarme memorias de pequeños y viejos; termino con sus penas y permito que me culpen, para que los hombres alcancen a tocar sus corazones y midan el frío dentro de ellos, y no del mío, para hacerlos brillar de nuevo con lágrimas que encenderán sus almas nuevamente. Los vapores de la boca derriten nuestras plantas, para cederle el lugar a la siguiente estación.

Primavera: la misión mayor. Todo mundo es parte de la obra máxima de la vida, la multiplicación de sus seres, animales, plantas, hombres, aguas, deshielos, cataratas. Me escondo debajo de tus manos, tibia y a veces caliente, te recito todos los poemas que puedan existir en cada una de las células vivientes en tu cuerpo. Por si no lo sabías, estas células forman parte fundamental de tus ideas, y son estas ideas las que traen nuevos amores, que son los más duraderos.

Es muy gracioso llegar al verano, como ahora, pues me torno seca. Puedo escucharte en torbellinos y huracanes, a pesar de la sequedad. Peleo en las alturas conmigo misma, con las lluvias de monsón y una vez más, doy y quito vidas, las evaporo, las renuevo. Y sin embargo, existo como la lluvia interminable, infinita, como la voz saliente de tus pulmones, al llorar, al amar, al odiar, al cantar. Y lo que más me encantará de ti es tu silencio al caer la noche, al danzar con los lunares y la sangre, al danzar conmigo.
JacquelineB.
El otro día me dí cuenta que la luna dura allá arriba más tiempo que el sol... al menos en mis días. Anoche lloré. Es lo que paga una por escuchar canciones viejas que solían ser bonitas, pero luego se les implanta un recuerdo o una imagen que se convierte nostálgica, y la canción pierde ese sabor del bueno. Bah, no es para tanto... técnicamente, mojada sólo duré los 5:01 minutos que dura la mentada canción. No más, no menos. Grave hubiera sido si ameneciera con los ojos hinchados... y nop.

¿Alguien de ustedes alguna vez ha tenido uno de esos ataques emocionales (positivos) de que "quiero hacer muchas cosas, ser buena y dedicada en todo lo que me estoy proponiendo y comprobarle al mundo entero que valgo"? Algo así me picó. No sé ni por qué necesidad de comprobar esas cosas, ni mucho menos comprobárselas a quién... probablemente a mí misma. No es que ande con el autoestima por los suelos, es más bien una necesidad de buscar algo de motivación en general, partiendo de la rutina diaria (que prefiero no llamarla rutina porque en escencia no lo es).

Por otro lado, sufrí de un engaño recientemente (que prefiero no llamarlo engaño porque en escencia no lo es)... pero así se sintió. Y es normal. Supongo que es mejor dejar ciertas verdades en latencia por un tiempo antes de explotarlas al mundo, todo con el mero objetivo de conseguir lo que quiere. Y lo consiguió... hasta cierto punto. Y no me siento mal, hasta eso... es bueno. Pero no puedo evitar sentirme un poco usada. No, no usada... nomás extraña. Ingenua o ignorante... o tan sencillo como característicamente distraída. Se siente bien raro cuando tú vas caminando por una situación pensando una cosa, y alrededor tuyo es otra verdad, pero vas confiada de que la versión que tienes es la que es. Y no. Resulta que no. Extraña sensación, ¿no?

Hoy que me levanté en la mañana (hace mucho que no lo hacía) me dio por soñar despierta. Mi papá me pidió que recogiera mi mugrero, que al rato viene la familia entera a festejar el 32° cumpleaños de mi primo, el mayor de los Brunet... que se casa el siguiente agosto! :) Y mientras recogía los nerds que dejé por todo el suelo, mis CD's, los cojines, las cáscaras duras ya de naranja y las fotocopias de mi lectura de Alfred Binet... divagaba. No en pensamientos del ahora ni del ayer, sino las típicas invasiones de un futuro que todavía le falta buen rato para llegar.

Pero me limité sólo a pensar en mi hogar. El susodicho, soñado y re-soñado futuro hogar... dónde estaría cada cosa y así. Lo imaginé en un día cualquiera (que prefiero no llamarlo cualquiera porque en escencia no lo es). No era cumpleaños de ningún escuincle mío, ni sepa qué número de aniversario de mi hombre y yo. Era un día de levantarse tarde. Y me ví a mí misma recogiendo los cojines en la mañana, uno o dos de mis hijos jugando con sus carritos, y mi santo desafortunado marido quemando los baguettes en la cocina. "Amor! Ven, ven, ven... T-T por favor, ven!", me lloraba. Mira que en asuntos de cocina resulta que siempre necesita a veces sólo asistencia, pero por lo general un rescate formal. La casa estaba batida porque era domingo, los 4 huercos aún en pijamas y las garras acumulándoseme en la lavandería.

Suena el timbre y el tipo del periódico viene a cobrar la mensualidad. Con la escoba en mano, el paliacate en la cabeza y una gota de sudor resbalándose en mi frente, corro por la cartera. Le pago, se va, y me tiro al suelo en la entrada de mi casa con el periódico encima de mi cara. Uno de los 4 pingos me quita la escoba y empieza a hacerla de Harry (o más bien de algún otro mago cósmico que sale en las caricaturas futurísticas que le gustan), el desafortunado me quita el periódico de la cara y me ofrece un enorme plato con pan negro y excesiva mantequilla. Le doy una mordidota (ya ni sé si al pan o a él)... ¿Qué podía yo hacer? Traía puesta esa camisa que me vuelve loca...

De repente, una pequeñísima mocosilla de perfectos caireles castaños se me acerca y me murmura: "Oye, Mami... hoy es día de papalote", y por detrás de su espalda deja ver un enorme papalote rojo que no alcanza a ocultarse detrás de su cuerpecillo frágil de leche azucarada. Me levanto de golpe con la huerca en mis brazos y todos empezamos a sonreír de oreja a oreja. El alegre marido grita la reunión de los tres que me faltan... Y empezamos a contar: Una la traigo cargada, con un brazo en mi cuello y el otro agarrado del papalote. La otra chiquilla camina a pasitos de pollo hacia mí tallándose el ojo, con su muñequita que tiene desde el día que nació y pequeñas marcas de almohada en su mejilla. El chimuelo llega presumiendo su huequillo ese en la boca con una enorme sonrisa, agregado de un enorme chipote en la frente por tanto volar en la escoba mágica. Hmm, me falta uno... Grito su nombre y escucho una risilla detrás de mí... y ahí sentado está el tragón de la familia, sonriéndome pícaramente con esos dientes que negros trae ya tras tragar ese pedazo de pan carbonizado.

Así y ya, nadamás, salimos por la puerta en manada... entre pijamas, paliacates, marcas de almohada, dientes de carbón, caireles, papalote rojo, y esa camisa... a un lugar de viento, abierto y verde que aún desconozco. Un lugar por ahí que se volverá el elegido para nuestros domingos esos de papalote que una vez cada yo no sé cuánto haremos si es que hacemos.

Dios... tengo apenas 19 años! Creo que nunca había escrito una entrada así... y netamente es rara la vez en que me da hipo de éstos y pienso en estas ideas situacionales a las que les faltan años en llegar. Pero cuando me da por hacerlo, debo admitir que se siente bonito por dentro. No sé cómo. Qué cosas, qué tonterías. Mejor ya me voy a hacer mi tarea o algo... no he acabado de leer Alfred Binet! :P Con permiso.
JacquelineB.
Ella: una fina tela que rompe y destroza.
Puede combinar todo y ser totalmente exclusiva,

puede volar libre o quedarse

encajonada por años.

Puede encubrirlo todo y aún así causar frío;

puede ser discreta o reveladora.

Cambia de dueño y se queda

con otros. Entonces, ya no es tan fina. Se desploma y cae,

usada, pasada...

La cobija hecha a mano es rudimentaria, sencilla, natural.

Cae pesada plácidamente sobre el cuerpo para el que fue hecha

y para el que la añora cada noche de frío.

Su belleza no está en su valor,

no está en las camas que ha calentado... Está en su dueño.

Alguien la poseerá para siempre,

para eso existe.

J.
JacquelineB.
Ok, una vez más Jacqueline regresa a esta cosa. Y ahora que he regresado, probablemente sigue una adicción bloggera y no lo abandonaré de nuevo por tanto tiempo en mucho tiempo. ¿La razón? Probablemente porque eso de "soul vacation" es neta. Traigo muchas cosas ahorita. Además de las montañas rusas, shows que me hacen llorar y diversión adrenalinosa en familia... hubo más, mucho más.

¡Pero empecemos por los hechos! Para los que no se enteraron, me fui una semana a Los Ángeles y a Las Vegas con toda mi familia... y Charlie (mi cuñado), jeje. Nada de aviones y cha la la's, puro road trip... ¡como Dios manda! :D Fue un viaje de lo más genial. Como no me quiero alargar mucho para no aburrir, sólo diré los highlights! ji.

Highlight # 1 - The Beatles: LOVE! por Cirque du Soleil... en el Hotel Mirage. *Jackie grita, baila y brinca eufóricamente por toda la habitación... cae rendida en el suelo. Tres horas después despierta y regresa de un lapsus emocional, se sienta en su lap y continúa escribiendo*. No es sólo la elaboración estéticamente perfecta y mezclada de una música que revolucionó este mundo y mi fascinación por el cuarteto más grande de la historia... no, es tanto más. Estas personas me deleitaron visualmente con colores, actos de acrobacia impresionantes, expresiones y danzas a la pradera que sólo ves en sueños, imaginación mezclada con actuaciones, vestuarios fenomenales y cada gota de maquillaje en su lugar. La bailarina me capturó. Las sesiones con pantalla proporcionando recuerdos de estos cuatro en sus travesuras de jóvenes músicos y bohemios, me deleitaron. "Something" me hizo llorar y "Hey Jude" me embelesó... Tuve sensaciones en mí que nunca pensé que un show de movimiento musical pudiera provocarme, y tanto que me encantan estas cosas. Pues todo eso y más... lo sentí. Una maravilla y un recuerdo que llega al alma y se preserva por el resto de la vida de una niña que se deja tocar.

Highlight # 2 - Xtreme: la montaña rusa más terrible y fenomenal de la historia! (parece como título de una película extraña hecha en los 60's). No la puedo explicar... ¿quién diría que una montaña rusa, siendo que me he subido a trescientas, me podría provocar tanto terror y adrenalina? Tengo que volver algún día y gritarla tan estruendosamente de nuevo. Fregona.

Highlight # 3 - Chinese Theater: Harry Potter and the Order of the Phoenix! :O Fuimos a este teatro/cine tan reconocido y famoso en Hollywood Blvd a ver el susodicho filme. Justo afuera del lugar es donde encontrarás esas fracciones de cemento donde los artistas de todas las películas que ha estrenado el Chinese Theater han ido a imprimir sus manos, pies y autógrafos. (Naturalmente me tomé una foto con el bloque de los tres chicos Hogwarts, foto que después presumiré por ahí). La había visto ya en Monterrey, pero nada como verla en una sala que no sólo tiene una pantalla del tamaño duplicado de una IMAX, sino es asimismo un centro de arte y arquitectura implantado en cada pared, con una fachada única e impresionante impregnada en el techo, con el toque tradicional de colores y formas chinas, los sillones rojos proyectando la debida elegancia... y los mejores hotchos de la historia! xD Genial película, espectacular lugar para verla.

Con el peligro de haber causado tanta envidia y que quizá por eso dejen de leer esto porque ya les caigo mal... xP jaja, me dedico ahora a escribir otro tipo de experiencias más latentes y personales que me ocurrieron en esa semana tan larga y tan corta en sentidos diferentes. *sigh* Ok, naturalmente sabrán que el road trip puede ser algo tedioso... para mí no lo fue (porque además íbamos viendo la sexta temporada de 24 con el salvador y mero mero del mundo: el intrépido Jack Bauer, cuyas palabras y acciones no dejaron de entorpecerme). Fuera de eso, hubo muchos momentos (horas, mejor dicho) en las que todos en la camioneta iban dormidos, casi casi y hasta el conductor... y yo no pude. Me encerraba en el mundo iPod a saborear la carretera, paisajes secos y otros no tan secos... y divagar.

Pensé en esto y lo otro, lo importante y lo ambiguo... pero más que nada en recuerdos de un pasado no muy lejano. Ahí me tenían con la frente pegada al vidrio del asiento trasero sonriéndole a las rayitas blancas del pavimento que aparecen y desaparecen, y llorándole a las nubes que corren más rápido que la camioneta. No sé qué me pasaba, pero creo que me gustaba mucho mientras lo hacía... empezar a escarbar en sensaciones y vivencias del pasado que apresuran la corredera sanguínea en mis venas. Hubo momentos más light en los que nomás estaba cantando (o lip-synching, más bien) las canciones que escuchaba y mi papá me veía por el retrovisor con pena de que soy su hija, jaja. Nah, se reía. No podía subirle mucho al volumen porque se oía en todo el lugar, y no podía cantar porque al par de segundos una mano tapaba mi boca.

Yo no quería toparme con Melancolía, pero me encontró aún y cuando huí de casa. Por eso ando de rara con mi moñito azul... pero ando lúcida y satisfecha con un viaje tan lleno de todo y que fue más allá de mis expectativas. Mi lado derecho anda alegre y cantando, y ñoñamente emocionada de andar en la UDEM de nuevo. Gracias a la familia por aguantar mis simplezas, mis dramas, mis comentarios sin sentido, mis brincos y gritos de euforia. Tengo fotos de todo esto, pero para eso el facebook y una que otra en el fotolog. ¿Qué puedo decir? El cierre siempre es difícil... Fue lo más divertido, fue totalmente nuevo. ¡Experiencias, experiencias! *Botón derecho, Save as...* :D Con permiso.