JacquelineB.
Anoche fui a ver Dralion con mi susodicho a la gran carpa que pusieron en Fundidora, pegado a Plaza Sésamo. Es una producción de Cirque du Soleil que fusiona la tradición antigua del circo chino y el estilo propio del Cirque.

El nombre viene de sus dos símbolos más grandes: el dragón, representando el Este, y el león, que representa el Oeste. Trata sobre la búsqueda del armonía entre la humanidad y la naturaleza. Se ubica en un tiempo suspendido entre el pasado y el presente, en el que se celebra la vida a través de los cuatro elementos: aire, agua, fuego y tierra.

Vengo a hablar de esto porque me impactó demasiado. El arte, las acrobacias, las técnicas, la música, los vestuarios, el maquillaje, la coordinación, la comedia, el drama, los colores, la energía, la trama y el brillo. Todo me tuvo a punta de pie de principio a final.

Las típicas sorpresas de que en una de esas uno de puede caer que comúnmente nos da en los circos, en esta ocasión se triplicaron en todas los nervios de mi columna vertebral hasta la nuca. Hicieron de cosas tan peligrosas, emocionantes, estéticas e imposibles, que al salir de ahí aún no entiendes cómo lo hacen todo. La creatividad y la perfección a lo largo de toda la presentación me movieron toda por dentro.

Y hablando de moverme por dentro... Hubo un acto particular que fue, dejando detrás lo increíble y sorprendente, el más hermoso de todos los que ví. Una danza en el aire de una pareja colgada de largas ligas azules, mezclando fuerza y expresión corporal.

Azala, el elemento del aire, vuela con un hombre en un dueto increíble que mezcla el amor y la separación. Expresan el deseo el uno por el otro, donde al principio fijan su mirada, para después tomarse y comenzar a volar. Ella vuela para él de una manera hermosa e inalcanzable al principio de la historia, para después dejarse atrapar por él y juntos envolverse, abrazarse y apretarse. Se enamoran, se buscan y se exploran.

Al final ella lo deja para seguir volando, dejándolo a él en anhelo y dolor...
JacquelineB.
Estoy por cumplir 22 años y no me siento de la edad. Parece que cuando me hice mayor de edad, siento que voy para atrás en cómo sentir las cosas. Veo las cosas como se esperaría que las viera a mi edad, pero, no sé. No se siente como 22.

Ya le hice el amor a la lluvia. La toqué, le canté, la acaricié y le dije cuánto la quería. Estaba muy disgustada conmigo porque la había estado evadiendo, protegiéndome de ella con el paraguas negro de mi papá. Por fin, me dejé abrazarla y sentirla darme frío y cosquillas en las mejillas, las manos y los párpados. También mis labios los dejó empapados.

Ya se trajo hasta una ola de frío con ella, de coraje a lo mejor. Pero al menos me lo advirtió y hoy me puse un suéter blanco con capucha. La última vez que lo usé fue el día que lo compré, también llovía y yo estaba en Nueva York. Tengo casi 22 años y me volvieron a dar ganas de salirme a mojar en mi bicicleta, como cuando 13.

Síguele lloviendo.
JacquelineB.


Lyrics | Kad Merad - Le Mome Jojo lyrics
JacquelineB.
JacquelineB.
Whoa. La entrada anterior fue la entrada número 100 de este blog, haciendo de ésta la entrada 101. Qué cool.
JacquelineB.
Quédate un momento así, no mires hacia mí
Que no podría aguantar
Si clavas tu mirada que me hiela el cuerpo
Me ha pasado antes, que no puedo hablar
Tal vez pienses que estoy loca, y es verdad, un poco
Tengo que aceptar
Pero si no te explico lo que siento dentro
No vas a entender cuando me veas llorar
Nunca me sentí tan sola como cuando ayer
De pronto lo entendí mientras callaba
La vida me dijo a gritos que nunca te tuve y nunca te perdí
Y me explicaba que el amor es una cosa
Que se da de pronto en forma natural, lleno de fuego
Si lo forzas se marchita
Sin tener principio llega a su final
Ahora tal vez lo puedas entender
Que si me tocas se quema mi piel
Ahora tal vez lo puedas entender
Y no te vuelvas si no quieres ver
Que lloro por ti, que lloro sin ti
Que ya lo entendí que no eres para mí y lloro...
JacquelineB.
Es bastante curioso que la gran mayoría de las veces que se me pega la gana regresar a este tonto blog a escribir tonterías, es porque ando muy feliz o muy triste. En este caso, se trata de la opción dos.

No hay una raíz común para que me sienta así. Sin embargo, es algo que a fin de cuentas todas las mujeres (al menos las mujeres que están en una relación, pero no descarto a las que no) llegan a sentir en algún punto o en otro en la vida. Claro, hay algunas que lo sienten mucho muy seguido: quizá un par de veces al mes, quizá todos los días, quizá every waking moment.

En mi caso, no sé exactamente cuál es la recurrencia, pero al menos sé que no es tan seguido porque creo que me he educado a ciclarme cada vez menos en ese tipo de pensamientos negativos que no me traen más que... negatividad.

Las lluvias que ahogan Monterrey estos días se supone que me deberían estar animando. Debería andar yo corriendo en los charcos en mis pijamas, pero no lo he hecho en los 7 días que ha llovido riquísimo en la ciudad. ¿Por qué? Realmente no lo sé. Pero la lluvia, al menos esta vez que nos visita, se volvió en mi enemiga al parecer. No me invita a disfrutar, creo que me agüita un poquito más y me hace sentir un poquito más fea, indeseable, insuficiente. No sé cuál sea la palabra exacta que busco.

Ni la quiero buscar.