Siempre que me dispongo a escribir una nueva entrada abro la opción de "Crear entrada" y me quedo viendo al suelo mientras la rayita esa al principio del párrafo se queda parpadeando ansiosamente a ver si algo de inspiración se asoma. Nunca planeo que voy a escribir. Realmente sólo vengo a abrir la página y por asociación libre empiezo a sacar cosas; a veces buenas, a veces no tan buenas, a veces pésimas y a veces para llorar (estas últimas no las publico, qué oso). Pero ya se habrán dado cuenta, aquellos que recurren este pobre sitio tonto y me leen con cierta frecuencia, que efectivamente han habido días en los que tecleo cosas nada interesantes y eso no está tan padre.
Ahorita que miraba el suelo antes de empezar a escribir, estaba pensando en eso precisamente. ¿De dónde empiezo a escribir? ¿Cuál es la fuente aquella de la que siempre me agarro para sacar las palabras? Y después de tan sólo 2 minutos de pensarlo, saqué toda una conclusión... y esa conclusión es la que pretendo escribir aquí: No tengo una fuente, al menos no viva. Solía tener una, one fountain of inspiration to rule them all. De ella se derivaban las demás, porque si todo estaba bien con esa fuente, las demás que tengo regadas por ahí terminaban ayudándome también. No sólo me ayudaban a escribir, sino también me dejaban saborear y tocar las cosas con más delicadeza. Me dejaban vivir más rico, más fresco, más libre.
Me puse a leer entradas anteriores, y DAMN... escribía mucho mejor entonces. Y es precisamente por eso. No es que no tenga una fuente, es simplemente que está seca... o la poca agua que sigue brotando está sucia y escasa, oxidando la piedra y haciéndola cada vez más rasposa. Es esto lo que bloquea mis pensamientos. Sé que tengo mil por ahí, mil más encerrados. Muchas más ideas, sueños y ambivalencias que contar. No las he podido dejar salir últimamente por algo... y ese algo es un algo sencillo: Estoy feliz, pero nada me apasiona fuertemente estos días. Y ya me conocen, yo necesito esa pasión diariamente, surja de donde surja.
Ese apasionamiento puede venir de muchas partes. Como dije, hay muchas fuentes. La fuente mayor sería la trillada y ya sofocada idea del amor. Trillada y/o sofocada, jamás morirá la idea tan romántica y hermosa. Las demás que tengo ahí están encendidas para efectos de que las estoy llevando a cabo (cosas de la carrera, la música, la familia y los amigos). Pero no sé por qué ya llegué a un punto en el que, con todas esas pequeñas fuentes aún encendidas, ya no me es suficiente para seguir igual de prendida. Necesito volver a levantarme en las mañanas más emocionada, más entusiasmada, más apasionada.
Estoy llevando días tranquilos. De hecho ya son meses que nada fuerte, exótico o fuera de este mundo ataca mi vida. ¡Eso es lo que quiero! Que algo llegue YA a girar mi mundo boca abajo, agitarlo todo, volverlo loco y volverme loca... Quiero correr y gritar de la emoción, de la adrenalina de estar viva de nuevo, reflorecer mi propia alma y hervir de felicidad.
No sé dónde lo voy a encontrar, pero maldita sea... que ya llegue. O al menos que no llegue nada, pero que pueda yo encontrar en mí misma algo que me vuelva a encender como antes. No sabría dar un ejemplo porque no sé qué podría ser. Estoy muy feliz, no malentiendan. No me quejo de nada y he adorado mis días de fiestas, festejos, alegrías. Pero ahora sí el hueco aquel se empieza a hundir más y más, tanto que ya es imposible tener todo lo demás encendido sin esa fuente gigante, la que está en el centro de la plaza, enorme, con capacidad ilimitada, la que todos pueden ver reflejada en mi cara cuando está encendida en todo su fervor, esa que avienta unos chorros de vida más altos que las nubes...
Me conozco capaz de encenderla, pero no puedo hacerlo sola. Algo tiene que pasar o alguien tiene que llegar a tocarme para poder mojarme en ella de nuevo. Que lo splashee todo, que salpique el agua muy lejos y que llegue a todo tipo de lugares, que empape todos los rincones y humedezca toda mi piel... Que alguien llegue con una presa entera de agua cristalina y que me la derrame toda. Que ahora sí la fuente vuelva a brillar su agua fresca con el sol, que ya nunca la apaguen de nuevo... y así reescribir mi historia.
Ahorita que miraba el suelo antes de empezar a escribir, estaba pensando en eso precisamente. ¿De dónde empiezo a escribir? ¿Cuál es la fuente aquella de la que siempre me agarro para sacar las palabras? Y después de tan sólo 2 minutos de pensarlo, saqué toda una conclusión... y esa conclusión es la que pretendo escribir aquí: No tengo una fuente, al menos no viva. Solía tener una, one fountain of inspiration to rule them all. De ella se derivaban las demás, porque si todo estaba bien con esa fuente, las demás que tengo regadas por ahí terminaban ayudándome también. No sólo me ayudaban a escribir, sino también me dejaban saborear y tocar las cosas con más delicadeza. Me dejaban vivir más rico, más fresco, más libre.
Me puse a leer entradas anteriores, y DAMN... escribía mucho mejor entonces. Y es precisamente por eso. No es que no tenga una fuente, es simplemente que está seca... o la poca agua que sigue brotando está sucia y escasa, oxidando la piedra y haciéndola cada vez más rasposa. Es esto lo que bloquea mis pensamientos. Sé que tengo mil por ahí, mil más encerrados. Muchas más ideas, sueños y ambivalencias que contar. No las he podido dejar salir últimamente por algo... y ese algo es un algo sencillo: Estoy feliz, pero nada me apasiona fuertemente estos días. Y ya me conocen, yo necesito esa pasión diariamente, surja de donde surja.
Ese apasionamiento puede venir de muchas partes. Como dije, hay muchas fuentes. La fuente mayor sería la trillada y ya sofocada idea del amor. Trillada y/o sofocada, jamás morirá la idea tan romántica y hermosa. Las demás que tengo ahí están encendidas para efectos de que las estoy llevando a cabo (cosas de la carrera, la música, la familia y los amigos). Pero no sé por qué ya llegué a un punto en el que, con todas esas pequeñas fuentes aún encendidas, ya no me es suficiente para seguir igual de prendida. Necesito volver a levantarme en las mañanas más emocionada, más entusiasmada, más apasionada.
Estoy llevando días tranquilos. De hecho ya son meses que nada fuerte, exótico o fuera de este mundo ataca mi vida. ¡Eso es lo que quiero! Que algo llegue YA a girar mi mundo boca abajo, agitarlo todo, volverlo loco y volverme loca... Quiero correr y gritar de la emoción, de la adrenalina de estar viva de nuevo, reflorecer mi propia alma y hervir de felicidad.
No sé dónde lo voy a encontrar, pero maldita sea... que ya llegue. O al menos que no llegue nada, pero que pueda yo encontrar en mí misma algo que me vuelva a encender como antes. No sabría dar un ejemplo porque no sé qué podría ser. Estoy muy feliz, no malentiendan. No me quejo de nada y he adorado mis días de fiestas, festejos, alegrías. Pero ahora sí el hueco aquel se empieza a hundir más y más, tanto que ya es imposible tener todo lo demás encendido sin esa fuente gigante, la que está en el centro de la plaza, enorme, con capacidad ilimitada, la que todos pueden ver reflejada en mi cara cuando está encendida en todo su fervor, esa que avienta unos chorros de vida más altos que las nubes...
Me conozco capaz de encenderla, pero no puedo hacerlo sola. Algo tiene que pasar o alguien tiene que llegar a tocarme para poder mojarme en ella de nuevo. Que lo splashee todo, que salpique el agua muy lejos y que llegue a todo tipo de lugares, que empape todos los rincones y humedezca toda mi piel... Que alguien llegue con una presa entera de agua cristalina y que me la derrame toda. Que ahora sí la fuente vuelva a brillar su agua fresca con el sol, que ya nunca la apaguen de nuevo... y así reescribir mi historia.