JacquelineB.
"Tenía admirables cabellos castaños, matizados con reflejos de oro; una frente
que parecía de mármol; mejillas que arecían formadas de hojas de rosa; un
sonrosado pálido; una blancura que revelaba cierta emoción interior; una boca de
forma exquisita de la cual se desprendía la sonrisa como una luz y la palabra
como una música; una cabeza que Rafael hubiera dado a María, colocada sobre un
cuello que Jean Goujon hubiera dado a Venus.

Y para que nada faltase a aquella
figura encantadora, la nariz no era bella, era linda; ni recta, ni aguileña, ni
italiana, ni griega; era la nariz parisiense, es decir, algo espiritual, fina,
irregular y pura, que desespera a los pintores y encanta a los poetas".