JacquelineB.
Tuve que hacer esa llamada. En mi mente sabía que no me serviría de nada y sólo iba a cerciorarme de lo que estaba pensando, de lo que ya había decidido sin ayuda de nadie. Es tan obvio, pero como siempre, prefiero darle el beneficio de la duda a la obviedad y darle oportunidad de comprobarse contraria. Naturalmente, fallé y me dijeron exactamente lo que ya sabía que iba a escuchar.

Todo esto es un mentado juego. En alguna edad, recuerdo que estas cosas hasta eran de mi agrado, los podía incluso ver como pasatiempos, me entretenía y me gustaba la incertidumbre del resultado. Estaba más chava y realmente no me importaba, esa es la verdad. Ya es 2011, casi 12 años después de cumplir los 12 años y que me pegara la pubertad. No quiero juegos.

Jugar también es arriesgar. Y ponerme a mí misma en la línea cuando ya sé cuan vulnerable estoy, es simplemente ridículo, ignorante o de plano infantil. La verdad es que lo veo y entiendo cómo los caminos sí se entrecruzan, pero parece que vuelven a separar más adelante... Tengo miedo, eso es todo.